El calor extremo y prolongado podría producir episodios de mortalidad masiva de especies y ecosistemas marinos, así como aumentar el riesgo de lluvias torrenciales el próximo otoño.
Hace más de un mes que el mar Mediterráneo está inmerso en una ola de calor sin precedentes. La última semana de junio, los termómetros marinos empezaron a marcar un incremento de la temperatura superficial y, desde entonces, la temperatura sigue al alza. Los registros indican que en estas semanas el agua ha llegado a estar entre cinco y siete grados más caliente de lo habitual para esta época del año.